Laguna de Duero ha crecido de forma disparatada en los últimos años. Una victima más de políticos y especuladores, algo parecido a lo que pasó en Valladolid allá por los sesenta.

Aun así, sus alrededores, su término —que raya al sur con nuestro querido Duero—, conserva un inusual encanto para ciclistas y paseantes.

Durius Aquae: Canal del Duero en la fría madrugada
Canal del Duero en la fría madrugada

Es tiempo de invierno y vamos a circundar el núcleo urbano en bicicleta y ver que nos encontramos. Comenzamos en la Plaza de los Lavaderos; allí donde nuestras abuelas pasaron un frío de mil demonios en días como este, restregando linos y panas con lagarto y asperón.

El término municipal de Laguna es llano salvo algunas motas como El Tenderín o La Revilla. No cuenta con arroyos que lo crucen. Pero sí con los restos de una magnífica laguna natural que afortunadamente no se perdió del todo y sigue dando un carácter diferente a la villa. Cuenta también con bosques de pino y carrascas, charcas, acequias de riego y una vega fértil. Su crecimiento explosivo la ha llevado a convertirse en la sexta población en habitantes junto al río Duero.

Durius Aquae: Alrededores del "Juan de Austria"
Almendros en los alrededores del «Juan de Austria»

La ruta que proponemos tiene unos 30 km, lo justo para hacerlo en cualquiera de estas mañanas que no apetece irse más lejos. Sirva de propuesta a su Ayuntamiento para ir pensando en un cinturón verde del que disfruten nuestras siguientes generaciones

Ascendemos a la Revilla

Callejeamos por el pueblo y tomamos la Cañada de la Nava. Rodeando el último corral con ovejas de Laguna ascendemos hasta la Revilla, uno de los puntos más altos del término y el mejor mirador del municipio. Si te quieres entretener aquí un rato con la bicicleta, el antiguo muladar en lo alto, se ha convertido en un divertido circuito de bici-cross. Por aquí nos encontramos también, solitario en una tierra, el que quizás sea el pino más rollizo de término.

Durius Aquae: El pino de La Revilla. ¿el más grande de Laguna?
El pino de La Revilla. ¿El más grande de Laguna?

Desde aquí nos dirigimos por el altozano hacia el colegio Juan de Austria; un lugar olvidado al que no se lo encuentra solución. Sus antiguos jardines de cuando fue seminario, ahora perdidos, ofrecen un sugerente bosquete de cipreses, cedros y almendros que crecen con desorden y dan cobijo a numerosas aves.

Seguimos disfrutando de amplias vistas, ahora también del valle del Pisuerga donde luce la ciudad de Valladolid con los Torozos de fondo.

Hacia la Corala

Descendemos de nuevo por Prado Boyal con el fin de cruzar la autovía de Madrid, nada más hacerlo nos encontramos una bonita huerta, ahora descansando. Más adelante cruzamos la vía para ir a buscar el Canal del Duero. Seguimos por el  hasta que nos desviamos hacia el cerro del Tenderín. Dejamos de lado la ermita del Villar y el ovni que ha aterrizado a su lado. Si miramos hacia el exterior observamos una gran zona industrial a lo largo del vallejo del defenestrado arroyo Espanta que desde La Cistérniga llegaba hasta la Rubia,en Valladolid. Al fondo el cerro de San Cristóbal y los últimos páramos del Cerrato.

 

Durius Aquae: El canal que cambió un pueblo
El pequeño canal que cambió un pueblo. Un espejo a punto de helarse

Ahora nos dirigimos hacia La Corala, uno de los núcleos poblacionales de Laguna de Duero. Una típica urbanización de los años setenta que ahora parece algo decadente aunque situada en un agradable entorno. Cruzamos por las graveras del Taragudo y el Canal del Duero calmado y transparente, a punto de helarse. Utilizamos la antigua vía del ferrocarril para pasar por debajo de la carretera de Segovia. A ambos lados vemos los estribos del llamado Tubo Barrasa, un acueducto de hierro por el que el canal cruzaba sobre la carretera, dando no pocos disgustos.

El Duero de Laguna

Una vez aquí tomamos un camino que nos acerca al Duero más lagunero. Seguimos la ruta GR 14, encontrandonos con instalaciones de la Granja Conchita, el Piélago y el Coto de Castillejo, de vez en cuando podemos asomarnos al río encajado en su ribera.

Durius Aquae: Carrizos dorados en la ribera del Duero
Carrizos dorados en la ribera del Duero

Así llegamos a la Fuente Juana —recuperada recientemente—y cruzamos bajo la autovía para encontrarnos con El Bosque Real. Este sería uno de los puntos de la ruta a mejorar pues es complicado seguir por el río y hay que rodear el recinto amurallado. Este inconveniente impide disfrutar del viejo puente, lleno de desgraciada historia, bajo la carretera de Madrid

Es posible asomarse a los restos del monasterio del Abrojo y la fuente de San Pedro para desde allí seguir hasta la depuradora y más allá a la desembocadura de la acequia. Aquí los caminos fallan un poco y hay que progresar ceñido al río, incluso a pié.

Al lado del camino un raposo huye con desgana a mi paso. Volverá más tarde a seguir rebuscando en las conejeras.

Durius Aquae: Charca helada en "Los Cristos"
Charca helada en «Los Cristos»

En las proximidades de la desembocadura de la acequia puedes encontrar —si la buscas bien— la fuente de Pedro Gómez. Aunque abandonada, suele brotar el buen agua que durante tantos años fueron a recoger los laguneros. Más allá el término acaba con los puentes del ferrocarril y la finca del Pesquerón.

Y el Pinar de … Laguna

Tomando un trecho de la bien conocida y hermosa acequia, nos adentramos en el Pinar de Laguna. Este forma unidad con el vallisoletano Pinar de Antequera. Desde el caserío de los Ingleses un enorme y precioso pinar salteado con encinas nos conduce hasta la barriada más abandonada del municipio. En la parte más alta estuvo apostada una batería antiaérea alemana durante la Guerra Civil. Trataba de disuadir o más bien derribar a aquel “pájaro negro” que venía de Madrid.

 

Durius Aquae: Iglesia de San Antonio, Pinar de Antequera
¿Y esta iglesia? ¿la conocéis en Laguna?… ¡Feliz Navidad!

Tres corzos se cruzan veloces delante de mí, son habituales. Zorros, corzos… ¿pero qué pasa con la fauna?¿no estaba desapareciendo?.

Y de nuevo en La Revilla, la niebla ha ido despejando y la escarcha se ha diluido. El sol luce radiante sobre el suelo mojado. Así son nuestros días de invierno en el Duero.

 

Aquí tenéis la propuesta y el track, aunque por supuesto puede ser este o cualquier otro parecido

 

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4 thoughts on “Laguna de Duero: su anillo verde, helado y rural.

  1. Hola , me ha gustado mucho tu recorrido por Laguna de Duero , das a conocer muchos lugares olvidados para unos y desconocidos para los más jóvenes …..deberías proponer una quedada con gente de Laguna y hacer el recorrido juntos un día .Un saludo .

    1. Arancha, muchas gracias por tu comentario. Fue de un paseo que me dí este invierno proponiéndome no salir del término municipal. Tu iniciativa me gusta pero te paso la pelota. Si estáis interesados ese grupo que propones yo os serviré encantado de guía cuando me digáis. Son unas dos, tres horas de agradable paseo. Saludos.

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