En su curso alto, el río Pisuerga ha creado paisajes de ensueño. Pero es un río presumido, y esto le parecía poco. Así, desde hace mil años, se deja adornar con bellos elementos arquitectónicos.

Lo llamamos románico y su belleza y armonía hacen singular el paisaje. Las estampas no pueden ser solamente de ríos, de montañas o de arboledas. Se hace necesario combinarlas con un puente, una iglesia, una torre o una fuente. Ya todo es lo mismo y no se comprende lo uno sin lo otro.

Multicolores rocas calizas y areniscas, sillares bien tallados; convertidas en canecillos que alternan con el rebollar, en impostas que acompañan el discurrir de los arroyos y en pórticos que nos cuentan el pasado tallado en sus arquivoltas. Sus volúmenes son armoniosos y su decoración sencilla. Las iglesias crecen desde las mismas rocas hasta que su humilde espadaña acaricia los cielos sobre el horizonte de montañas blancas.

Así es el Románico más rural del río Pisuerga. Aquí os dejo unas muestras para que os animéis a vivirlo.

Y también un par de rutas por la zona:

 

 

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