Baños fluviales,
encontrarse un río de los de «antes». Lo primero: con agua limpia, algo elemental pero de lo que no es fácil presumir en la actualidad. Y, lo segundo: con vida. Está claro, donde está el agua está la alegría de vivir y la vida misma.
Hay que hacerlo; pisar su suelo y oler sus aguas. Imaginar el fondo y cuidarlo para exigir que nos lo cuiden.
Aquí os muestro algunos momentos relajados y emocionantes, siempre junto a un río.