De Manantiales….

Algunos meteoros atmosféricos provocan que caiga agua del cielo. En un ciclo vital y hermoso.

Una parte vuelve al aire; asciende, se evapora. Otra se escurre: discurre por arroyos y ríos. Y el resto se cuela entre las entrañas de la tierra.

Esta última forma bolsas, acuíferos, corrientes subterráneas que conocemos poco pero sabemos. A veces revientan por lugares más débiles, más permeables. Entonces mana; se forma un manantial. Este agua solía ser limpia y clara; ahora…, pues depende. Lugares como estos gustaban a los hombres; necesariamente se acercaban a ellos y allí se establecían. Así nacieron muchos poblados a la vera de manantiales que les proporcionaban el agua necesaria sin el peligro que los irregulares ríos conllevan.

A Fuentes

Pero como los humanos somos inquietos, cómodos no nos conformamos con la forma en que la naturaleza nos suministra el agua. Primero era necesario acondicionar el lugar, desviarlo si era preciso, mejorar el acceso y, si era posible, almacenar algo de agua. Así, con estas intervenciones surge el espíritu creativo del humano y construye las fuentes. Es decir convierte un manantial en una fuente.

Sólidas y bellas serán un punto de reunión de vecinos, de conversación y cotilleo. Vamos, de la vida misma.

Los caminantes o rodadores nos movemos entre fuentes. Nos gustan y las necesitamos; por eso las buscamos.

Aquí proponemos algunas muestras de esta peculiar «arquitectura del agua» que encontramos por nuestra querida cuenca.

 

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4 thoughts on “Fuentes por la cuenca del Duero

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