Descendemos en coche las laderas de Saucelle despacio, buscando algún pequeño ensanche de la pista que baja a la presa para disfrutar de las sorprendentes vistas de Las Arribes.

Lo encontramos y nos detenemos. Frente a nosotros se levanta sobre el vuelo de los buitres la pequeña Sierra de Poiares. Una impresionante pared trapezoidal se levanta más de 600 m sobre el Duero. Abajo los derrubios permiten los cultivos ordenados de viñas, naranjos y olivos; más arriba las peñas se levantan casi verticales hasta el mirador de Penedo Durão que se aprecia en la altura como un diminuto rasguño blanco.

Saucelle, Salamanca. Arribes del Duero
El Duero desde las arribes de Saucelle

¡Nos quedamos sin respiración! Que dirían los ingleses.

Con la intención de llegar hasta ese mirador, cruzamos el rio por la vieja presa y ascendemos las laderas del lado portugués. Dejamos nuestro coche en la pintoresca aldea de Poiares y nos disponemos a caminar una cómoda ruta por lo más alto del macizo.

Aunque estamos en abril el calor aprieta. Nos proveemos de líquidos y comenzamos la marcha junto huertas de naranjos, limoneros, almendros, kiwis, viñas, olivos… Un auténtico vergel que te envuelve en aromas y colores.

Penedo Durão, Poiares - Freixo de Espada à Cinta
Excursión de fotógrafos en Penedo Durão

Caminamos junto a la “ribeira da Brita”, un pequeño arroyo que parte a la sierra y que lleva un discreto hilo de agua sobre granito y esquistos. Los pajarillos no paran, van y vienen aportando una agradable melodía con sus trinos entremezclados.

A medida que avanzamos los huertos desaparecen, pero no los colores y aromas. Ahora son las plantas silvestres las que se encuentran en su apogeo cromático. Jaras, piornos, cantuesos, candilejas, dedaleras y muchas otras ribetean un camino ascendente que abandonamos para tomar un atajo que nos lleva directamente hasta Penedo Durão.

Mirador en Freguesia de Poiares - Freixo de Espada à Cinta
Un columpio junto al Douro, al fondo España

El diminuto lugar que veíamos desde España es una plataforma amplia, muy bien acondicionada a la que llegan incluso autobuses. De uno de ellos aparece un nutrido grupo de aficionados a la fotografía con grandes teleobjetivos para iniciar su jornada de “caza” de rapaces.

Alrededor de la imagen marmórea de la Virgen del Duero se distribuye un parque de mesas y columpios rodeado de afiladas peñas plegadas que afloran desafiantes.

Nos asomamos al escarpe y bajo nosotros se abre el estrecho valle del Douro en un paisaje apoteósico. A la izquierda el rio se ve ancho y remansado, retenido por el salto de Saucelle, el último español y el último del parque. La siguiente presa la encontraremos en Pocinho, en Portugal, ya fuera de estas descomunales laderas. Después del salto el rio se nos aparece como debió ser antes de ser domesticado: estrecho, oscuro, profundo y casi inaccesible. Más adelante observamos como el río Huebra, que baja casi seco, también se abre paso hasta llegar al Duero junto a la carretera que va hacia Hinojosa de Duero bajo un puente que desde aquí parece de juguete. Por último, bajo nuestro balcón, observamos quintas blancas y viñedos en ciernes cultivados sobre bancadas que dibujan el típico patrón del Douro portugués.

Vistas de la desembocadura del Huebra, en Salamanca
El río Huebra se abre camino hacia el Duero

Más adelante el río continua jalonado por las montañas que fueron capaces por si solas de separar dos imperios. Las montañas se suavizan y el río entra ya en Portugal.

La ruta continua hacia el sur, entre pinares, alcornoques y cuidados campos de almendros hasta que nos desviamos para regresar a la aldea.

El aire no puede ser más puro.

Freguesia de Poiares - Freixo de Espada à Cinta
Campo- jardín

A medida que nos acercamos a la aldea aparecen ancestrales guardaviñas, corrales y palomares que dan cuenta de su pasado reciente. De nuevo cruzamos el arroyo de Brita retorciéndose entre rocas y salpicado de huertos y olivares para llegar finalmente al pueblo tranquilo.

Paseamos algunas de sus callejas; sus gentes sacan sillas de las casas para charlar sin prisa a la sombra de sus muros mientras algunos perros dormitan abúlicos ignorando a los visitantes.

Poiares, Freixo de Espada à Cinta
Aldea de Poiares 

Su iglesia es de reciente construcción, sus materiales y estilo contrastan con los muros de las casas construidos con oscuras lajas de esquisto cuidadosamente colocadas. Nos detenemos en el caño de la calle de Lamela que nos invita a refrescarnos antes de seguir camino, tras el caño y en el centro de la calle, un viejo lavadero blanqueado aún sirve para lavar unas mantas que parece que ya hay que recoger hasta la nueva temporada.

Ahora seguimos camino. Hacia Freixo y su espada al cinto y luego… pues ya veremos. Este Duero parece infinito…

Aquí os dejo el track de wikiloc…

La Congida junto al Douro. Freixo de Espada à Cinta
Playa de La Congida. Freixo de Espada à Cinta
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