Acaba de entrar la primavera y esta vez quiero recorrer los parajes altos, vacíos y pardos que no forman parte ni del Sistema Central ni tampoco del Ibérico. Justo hasta allí donde nace el río Bordecorex… o Torete
Me dirijo en coche hasta Villasayas, en Soria, remontando un precioso valle del Duero entre brumas y soles. Allí, mientras monto la bicicleta, una numerosa cuadrilla de gatos me observan atónitos. Comienzo por tirar algunas fotografías a la imponente iglesia románica de la Asunción, cuando vuelvo tengo que espantarlos de sus inútiles afanes por abrir mi mochila que he dejado sobre un banco.
Del Torete al Bordecorex
El pequeño río Bordecorex o Torete baja vacío. El año no está siendo bueno en cuanto a lluvias y esto es patente por estas tierras tan altas. Los trigos no consiguen verdear el campo y los escasos chopos y álamos no tienen prisa por reventar sus yemas. Por ello el valle se presenta pardo; con pequeños matices que hay que esforzarse en encontrar. Es solamente el cielo azul y nítido el que se encarga del color puro.
Tras pasar la ermita de la Soledad ruedo paralelo al río. En los altozanos los aerogeneradores giran despacio y en el valle algunas fuentecillas aportan algo de agua al paisaje. Un paisano jubilado que encuentro en el camino me comenta lo bien que le vendría un chaparrón a estos trigos en lugar de las heladas que, esta misma noche, le han quemado unos cerezos.
Jodra de Cardos esta muy tranquilo; tan solo una cuerda con ropa tendida indica algo de vida con respecto a su diminuto cementerio. Poco más arriba, el río se encaja en las calizas formando unas marcadas hoces en cuyas laderas aparece un bosquete de quejigos. Están aún desnudos y lo agradezco al dejar pasar los rayos del sol tamizados que algo calientan.
El paraje no puede ser más solitario, sólo por los cantiles escucho algunos ladridos de corzo. Al llegar al Pozuelo tomo una senda a la derecha para subir hasta la paramera, entre más colores pardos y más silencio y soledad.
Llego a Mezquetillas, ¿llegaría hasta aquí Almanzor herido? Contemplo su iglesia recrecida desde la roca. El aparejo de sus sillares me resulta extraño. Nunca lo había visto así; parecen libros colocados en una estantería. No encuentro a nadie aunque el pueblecito se ve acogedor y bien cuidado. Por el valle del arroyo de la Vega de Alcubilla llego hasta la misma Alcubilla de las Peñas donde el río parece que prefiere que lo llamen Bordecorex que… —¡vaya!—, ahora sí que lleva una discreta corriente de agua bajo su puente romano.
Alcubilla y Yelo
Alcubilla se levanta imponente entre peñas rojas, es necesario trepar para llegar hasta lo alto de su iglesia y contemplar —de nuevo— los pardos campos al pie del cerro. Me acerco a curiosear el Molino de Arriba pero sus restos están cubiertos de zarzas y sigo remontando el río hacia Yelo.
Estoy sorprendido de la belleza de los pueblos de esta comarca. Si, están semiabandonados, pero su aspecto limpio y cuidado realza la belleza de sus piedras rojizas y anaranjadas. Además en Yelo se encuentra el “no va más de los palomares”: un grupo de cinco sorprendentes palomares colgantes en piedra, coronan como almenas un pequeño cortado junto al río.
Junto a la fuente romana preparo el almuerzo.
Otro paisano que regresa de pasear me acompaña y charlamos.
— Pero entonces, el río ¿cómo se llama por aquí?
— Aquí Bordecorex, cambia de nombre en “La cueva de Alcubilla” donde desaparece como el Guadiana.
Pues así debe de ser, ahora los carteles efectivamente indican Bordecorex. Cuando comencé indicaban Torete.
El Bordecorex en Guadalajara
Tras el pequeño descanso sigo por el río. No tengo garantizado el camino pero quiero llegar hasta la Ermita de la Santa Cruz. Ha sido un acierto, a pesar de que el camino desapareció, el terreno duro me permitió cruzar las sernas con facilidad. A cambio, las solitarias Cerradas de la Hoz, han supuesto uno de los parajes más bellos y entretenidos de la ruta llegando sin más hasta la ermita erigida sobre misteriosos altares paganos.
Me encuentro junto al Bordecorex, un afluentillo del Escalote que lo es a su vez del Duero. Pero mirando al frente, en la lejanía se adivinan ya los valles de arroyos que formarán el Henares y el Tajo; y a mi izquierda, con Ambroda al fondo, otros que llegarán al Jalón y por el Ebro al Mediterráneo después. Un auténtico remolino de valles suaves y páramos altos en los que se diluyen los sistemas Central e Ibérico. Incluso hubo un laguna: la de Conquezuela que, ante la indecisión de sus aguas por alguna vertiente, fue desecada y convertida en labrantíos
Yo sigo acompañando a mi río; llego a Conquezuela y atravieso una frontera en Castilla. Subo hasta Torrecilla del Condado, ya en Guadalajara. El pueblo está deshabitado y la sensación de recorrer sus callejas resulta extraña. Unas calles que nunca llegaron a estar asfaltadas pero por las que adivinas episodios de su vida y deseas que alguien aparezca y te cuente sus cuitas. Un precioso almendro que revienta de blanco se resiste a abandonarlo.
Mi mapa indica que el río comienza por estos pagos. Sigue llevando agua y a su lado hay un camino que sigo hasta una pequeña balsa verdosa. Poco más arriba aparece el manantial que la llena en el centro de un acogedor anfiteatro con un discreto público de encinas.
Parece ser que en la administración regional o provincial existe algún proyecto para restaurar el antiguo humedal de la laguna de Conquezuela, pero lleva años olvidado en algún cajón y no hay visos (ni interés alguno) de que se mueva el asunto. Una laguna con avifauna y la llegada de grullas dinamizaría mucho esta zona tan olvidad y tan bonita.
Porcierto… estuvistes en Soria todo el tiempo… menos al adentrarte en Torrecilla del ducado… que es frontera con Soria (y antiguamente era de Soria)…. y volviste a entrar en Soria jajaja…. toda la zona de Conquezuela no le pertenece a Guadalajara
No es que el Torete no lleve agua… es que ya no la va a llevar nunca (aunque espero algun dia equivocarme)… lo que pasa es que se abastecia del agua que rezumaba la laguna de Conquezuela…. un enorme humedal a cuyas horillas se afinco un asentamiento Neolitico… y que fue desecada en el 59 para ampliar la concentracion parcelaria de la zona…. le abriero una acequia de por medio y ahora ya no retiene las lluvias… asique igual que el agua viene… el agua se va…. aun asi no pueden evitar que las tierras que hay donde antes estaba la laguna se encharquen cuando llueve en tromba jajaja… quizas algun dia vean que fue algo descabellado…. tapen la acequia, el agua vuelva a caer alegre por el cauce del Torete, y la ermita de la Santa Cruz (con sus petroglifos de hace miles de años…. vuelva a reflejarse en las aguas del humedal
Muy interesante tu aportación Javier. La tendré en cuenta si me acerco por allí otro día. ¡ojalá que hayan tapado la acequia por entonces y ojalá que te equivoques
!
Hola. Querría hacer esta ruta en julio desde Bordecorex ¿ me podrías situar la ermita de la Santa Cruz ? ¿ tienes coordenadas ? Gracias. Te dejo en la firma mi correo.