El río Razón y su tributario Razoncillo llegan al Duero a través del Tera soriano* desde las laderas del sur de la Sierra de Cebollera, ríos del Duero que llegan desde el Norte entre preciosos valles verdes pero éstos, como curiosa excepción, lo hacen por su margen izquierda.

Hoy nos propusimos recorrer parte de sus valles y trepar hasta la Laguna de Cebollera (1840) desde Sotillo del Rincón donde conocimos al río Razón, entre un bonito “sotillo” con las aguas retenidas por una rústica presa para formar una fresca piscina natural.

Sotillo del Rincón, Soria - Castilla y León
La piscina de Sotillo del Rincón

Comenzamos nuestro rodar junto al río por el camino de La Lobera entre un agradable bosque de rebollos que, entre pastos ya secos, comenzaba a dar algunos síntomas otoñales. La subida era suave y entretenida, aunque había que ir muy pendiente del irregular suelo por el que circulábamos. El sonido agradable de esquilones nos indicaba la presencia de ganado entre los pinos y robles aunque no llegáramos a verlo. Más adelante, alcanzamos la pista que te acerca hasta las proximidades de la laguna.

Sotillo del Rincón, Soria
La plaza de Sotillo del Rincón

Pero la pista era aburrida y no tardamos en encontrar una excusa para abandonarla: un cartel informativo junto a un aparcamiento, nos contaba que junto al arroyo había hayas centenarias y, en cuanto tuvimos ocasión, nos desviamos en su busca. Encontramos una pequeña senda que nos acercó hasta el mismo Razoncillo y, desde allí, caminando entre rocas decoradas de musgo nos sumergimos entre el cauce del arroyo al que apenas alcanzaban los rayos del Sol, tamizados por la fantástica canopia de las reinas del bosque. ¡Que delicioso paisaje!, con el arroyo rebotando espumoso entre rocas y jalonado de hayas, algunas enormes.

Sierra de cebollera, Soria
Las hayas y el arroyo
Hayas centenarias junto al Razoncillo
Hayas centenarias y musgo con su halo de misterio

Con pena dejamos el lugar y buscamos de nuevo la pista por la que trepamos bajo un cielo soleado y adornado con pequeños cúmulos. Pedaleamos con paciencia, respirando aire ligero, limpio y fresco. hasta que llegamos a un recoveco donde comenzaron unos tramos imposibles en los que tuvimos que acompañar a las bicicletas caminando. Llegamos a algunos hontanares y, por fin, por una senda apenas ciclable llegamos hasta la laguna de La Cebollera.

Laguna de Cebollera, Sotillo del Rincón - Soria
La laguna de La Cebollera

La laguna es de origen glacial, menuda de tamaño y de aguas verdosas y frías. Alrededor del circo aún se distinguen las morrenas que dejó el hielo hace varios miles de años al derretirse y, algo más alta, la divisoria de la sierra salpicada graciosamente de coníferas. Por el desagüe de la laguna nacía el arroyo de La Laguna (uno de los arroyos que conforman al Razoncillo) que comenzaba su ágil discurrir. Nosotros, entre unas rocas buscamos la abrigada y dimos cuenta de nuestra fiambrera además de un breve sueñecillo, al sol, sobre la hierba.

Panorámica del valle del Razón - Soria - Castilla y León
El Valle del Razón

Ya repuestos comenzamos el descenso, primero la senda y luego la cuesta imposible de subir y complicada de bajar. Pero llegamos bien hasta el Mirador del Razón: unas rocas prominentes sobre un cantil, con cruz incluida, que encontramos entre un pinar que asomaba al valle. Desde allí observamos sus bosques verdes, su amplitud y su vacío bajo nuestros pies. Al fondo se distinguían el blanco de algunos de los pueblos del valle que ahora también llaman “de la mantequilla” y que visitaríamos más tarde.

A partir de aquí iniciamos el interminable descenso entre un buen grupo de servales pletóricos de frutos. Un descenso alternando lomas y vaguadas que no nos dio un respiro. La tensión de la velocidad, las numerosas piedras en el camino y el esfuerzo agotador de piernas y muñecas.

Servales en el valle de la mantequilla - Soria
Los servales pletóricos

Finalmente llegamos hasta Molinos de Razón, pedanía Sotillo, donde habíamos comenzado. Seguimos nuestra ruta —ya más tranquila— entre los encantadores pueblos de la comarca del Valle. Pero esta la contaremos en la siguiente ocasión.

* Recordamos que, en Zamora, también tenemos otro importante río Tera, este afluente del Esla

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