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Dejo el seductor pueblo de Villavieja de Yeltes y sigo mi ruta. Paralelo a la carretera encuentro un buen camino entre navas y peñas que me acerca hasta Bogajo donde entro junto a la ermita del Cristo del Humilladero y sus cruces del Calvario. Junto a la ermita surge una fuente con abrevadero y poza para lavar. Ahora está casi seca, ya nadie viene a lavar afortunadamente y la Vieja del Cazo, que frecuentaba el paraje para asustar a los niños, tuvo que abandonar el lugar en el que ahora una docena de ovejas solas y huidizas rebañan los alrededores.

Bogajo, Salamanca
Bogajo: las Pozas junto a la ermita del Humilladero

Recorro alguna de sus calles que encuentro vacías, también los alrededores de su iglesia y salgo del pueblo hacia el Norte con el fin de llegar hasta el puente del Zancado.

El camino es bueno pero se pierde en la dehesa. Tengo que regresar sobre mis pasos buscando los caminos que en los mapas conectan con la carretera pero que en realidad no están. Lo que me parece uno de ellos tiene una cancela que abro y franqueo. Comienza muy bien entre enormes encinas pero al acercarme a la carretera me topo con unos corrales vacíos sin que encuentre alguna salida excepto saltando las vallas de espino que las circundan. Lo consigo con dificultad y llego con cierto alivio a la carretera. Así, cuesta abajo, llego hasta el puente del Zancado; también llamado de los Siete Ojos.

Riosvueltos, entre Bogajo y Yecla de Yeltes
Puente del Zancado o de los Siete Ojos 

El paraje según los lugareños es conocido como «Riosvueltos», un topónimo bonito y expresivo que podría de significar:¿“vaya lío de ríos”?

Parece que estamos atravesando el lánguido Huebra al que unos metros río arriba se le ha unido el Yeltes. ¿O debería de ser al revés y revolverse los ríos?

Apoyo la bicicleta apoyada en un chopo y recorro el lugar bajo el elegante puente alomado. Abajo el río retenido está ancho y verdoso pero apenas hay corriente. Toco las aguas y las encuentro cálidas. Junto al puente un molino se mantiene detenido en el tiempo sin que a su cazera le lleguen las aguas que ya no necesita.

Riosvueltos: encuentro del Huebra con el Yeltes
Restos molineros en el encuentro de los ríos Yeltes y Huebra

Camino río arriba hasta que llego a la confluencia. Los dos valles se ensanchan y pacíficamente se abrazan formando el Huebra-Yeltes junto a otra pesquera de cantos con otro viejo molino, este en ruinas.

Me cuesta abandonar este paraje de árboles reflejados pero retomo la carretera y después cojo el camino de las Peñas de Abanto que me llevará hasta Yecla la Vieja.

Ruedo desde la ermita de Santiago hasta la del Castillo. Allí me cuelo entre los recovecos de las murallas del castro. Un castro impresionante en el que se adivinan las callejas, las entradas y salidas, las piedras hincadas y sus necrópolis. Un paraíso arqueológico que te cuenta historias de vetones, de romanos o de visigodos y su historia. Quizás sea este castro la causa de que Yecla de Yeltes tenga un trazado urbano tan moderno y ordenado.

Yecla la Vieja. Murallas del Castro. Salamanca
Murallas del castro de Yecla la Vieja

Mi intención es visitar el aula arqueológica en Yecla pero la encuentro cerrada. Pregunto si hay bar para almorzar algo y me informan que sí, pero cuando llego también lo encuentro cerrado… Repongo agua en la fuente y sigo mi camino.

Tomo la DSA-441, ningún vehículo me molesta pero el calor comienza a apretar. Dejo la carretera para visitar el molino de Sayago junto al Huebra. El azud reconstruido del molino genera una gran charca donde abreva apaciblemente el ganado a ambos lados del río. Unos metros río abajo se aprecian los restos de una presa demolida por obsoleta y que ahora permite la continuidad natural del río.

Parajes de Riosvueltos en Yecla de Yeltes
Yecla de Yeltes, molino de Sayago

Vuelvo sobre mis pasos y monto cuesta arriba. Parece que cuesta dar pedales… hasta que llego a un llano y me doy cuenta que la rueda ha perdido aire. Camino hasta encontrar una sombra y allí la inflo. Algunas pesetas se han clavado en las cubiertas. A ver que pasa. ¡Mal asunto!

Recorro un kilómetro y vuelve a fallar; vuelvo a inflar y la historia se repite, persevero un par de veces. Estoy cerca pero no llego. Hay que encontrar otra sombra y cambiar la cámara. Cuando la encuentro me doy cuenta de que cámara no llevo. Inflo la averiada y con el oído consigo encontrar un pinchazo, pego un parche y reviso el interior. Monto y sigo. Vaya, parece que funciona. En la mochila ha aparecido una manzana que mordisqueo mientras doy pedales.

Ahora cansado y con el sol vertical recorro la Dehesa de Pedro Álvaro. Las encinas de han marchado y prevalecen tórridos campos de cereal ya segados. La rueda aguanta pero no me fio, así que me acerco al río para despedirme del Huebra y tomar la carretera que desde Pozos de Hinojo me llevará de regreso hasta Villares de Yeltes.

Dehesa de Pedro Álvaro
Campos de cultivo en la Dehesa de Pedro Álvaro

El pueblo descansa en la sobremesa y yo en la fuente de la plaza me refresco, casi me ducho. Lleno el bidón y bebo… De repente una voz me avisa.

– ¡Pero oiga, no beba de esa agua. Está contaminada!

Lo miro perplejo. ¿Será un espejismo?

– Y eso, ¿Cómo puede ser? en la fuente no hay aviso alguno.

– ¡Cómo que no, ahí tiene el cartel!

Dehesas entre el río Yeltes y Huebra
Campo Charro: encinas y escobas

Efectivamente, al otro lado de la plaza, sobre una puerta cualquiera de un edificio en ruinas una nota avisa de que por exceso de fertilizantes no se aconseja el agua para consumo y bla, bla…

Le agradezco el aviso al hombre y le pido agua que me ofrece generosamente. Le pido también, por favor, que le diga a quien corresponda que lo señalicen junto al grifo de la fuente. Parece evidente.

El daño, si lo hay,  debe de estar hecho. El aviso es generalizado para la mancomunidad y he bebido de esas aguas que llene por la mañana y otras todo el día. El embalse de la Almendra es de donde se abastecen estos pueblos y en los últimos controles no ofrece las medidas correctas.

Pozos de Hinojo, río Huebra
Puente de Pozos de Hinojo sobre el Huebra

Y así están las cosas por nuestra cuenca, en los campos, en los pueblos… y en nuestras aguas. ¡Esperemos seguir adelante!

Y Aquí el enlace a la ruta de wikiloc

Detalle de la puerta de la sacristía de Bogajo
Réquiem por nuestras aguas (detalle iglesia de Bogajo)

 

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