Dejamos atrás nuestras nieblas, cansinas y persistentes y atrás dejamos también nuestros paisajes difusos. Nos acercándonos al Sureste, a pleno sol. Vamos a conocer un río tan diferente de nuestro Duero como lo es el Segura cuando atraviesa el luminoso Valle de Ricote, en Murcia.
El río Segura
Brota de una cavidad kárstica en Fuente Segura; Sierra del Segura en la provincia de Jaén a 1413 msnm. Discurre por la de Albacete, después por la de Murcia.
Es un río irregular, típicamente mediterráneo, de grandes fluctuaciones entre invierno y verano. Debido a la agricultura que favorece la calidad de valle y el clima benigno de estas regiones sus aguas han sido aprovechadas para el riego durante milenios y ahora, con la ayuda del conocido trasvase desde la cabecera del Tajo, sigue manteniendo una gran extensión de cultivos de huerta y fruta.
Tiene como afluentes ríos tan diferentes como el Mundo, que fluye desde la provincia de Albacete trayendo consigo las aguas del trasvase mencionado o el Guadalentín que llega exhausto desde más allá de la ciudad de Lorca. Otros muchos son ramblas estacionales que en contadas ocasiones aportan aguas.
Finalmente pasa a la provincia de Alicante regando también la huerta de Orihuela. Desde allí su rambla llega hasta el mar en Guardamar si apenas agua, después de discurrir por unos 325 km.
El Valle de Ricote
Antes de llegar a la huerta murciana el rio atraviesa el estrecho, hermoso e histórico Valle de Ricote.
Allí se encaja entre peñas altas, peladas y puntiagudas, se retuerce en sus meandros, riega sus huertas y adorna los pueblos por dónde pasa.
La vegetación de ribera no predomina, apenas algunos álamos y sauces; son las complicadas cañas invasoras las que marcan bien el cauce. Después las vegas, y por doquier, naranjos y limoneros que verdean el valle salpicados de esbeltas palmas datileras.
Los atractivos de esta comarca son muchos y variados: puentes, miradores, molinos, presas, fuentes y ¡cómo no! el “Salto de la Novia” un lugar en el que puedes imaginar la leyenda o simplemente admirar el magnífico paisaje.
En Archena, además, algo sucede dentro de la tierra que calienta sus aguas y, junto al rio, surge un manantial de aguas cálidas y humeantes para el disfrute de los visitantes de su balneario decimonónico y, a la vez: moderno y divertido .
Y, como indicábamos antes, un valle afectado por los vaivenes de la historia. Leemos que en este valle tan coqueto y escondido habitaron los últimos moriscos españoles que fueron expulsados por Felipe III abandonando vidas y pertenencias. Un triste éxodo aludido también por Cervantes en El Quijote por boca de uno de sus personajes con el apellido mismo del valle
Las norias
Hay algo nos llama la atención. Son las enormes norias que encontramos a lo largo de su cauce que elevan las aguas para distribuirlas por los canales de riego que discurren paralelos al rio.
No se trata de norias de sangre como las que encontramos abandonadas de vez en cuando por nuestra cuenca para sacar agua de los pozos, sino de grandes norias en el medio de una acequia en la que parte de las aguas hacen rodar el ingenio y otra parte se eleva hacia los canales superiores, en algunas ocasiones hasta más de 10 de altura.
La mayoría permanecen abandonadas si bien las caceras se mantienen en uso. Sus maderas están carcomidas y sus estructuras de hierro dulce oxidadas pero, para nosotros, aportan un elemento exótico y evocador al paisaje de aguas.
Se agradece que se pongan estos elementos en el valor que merecen tal como han hecho en la localidad de Abarán. Allí han reconstruido algunas de sus norias creando un pequeño parque por donde además de pasear junto al río puedes verlas funcionar y regar muchas tahúllas, como se denomina por aquí la unidad de superficie de riego.
No os indico ruta ya que, desde Archena hasta Abarán, en sus riberas y montes abundan las sendas bien señalizadas con ayudas explicativas y pueblos muy cercanos entre sí. Nosotros hicimos tres, caminando y en bicicleta, y todas fueron más bien relajados paseos entre un clima y paisaje que invitaba con descaro a tomar una cerveza de vez en cuando. Lo justo para volver con ánimo renovado a… «nuestras nieblas»
Hola, me encanta como describes un cachito de mi tierra tienes que volver cuando los Melocotoneros y los Ciruelos estén en flor que es una maravilla.
Pues muchas gracias y… ¡no se diga más. Al año que viene estaremos atentos!
Gracias por la emoción que me ha causado la descripción de un rincón de mi tierra que tanto añoro
Pues resulta que a veces la impresión sobre la belleza y encanto de un lugar se refuerza con la bondad y calidad de las personas que de allí conoces y resulta que este es el caso. Un abrazo muy fuerte
Magnífica la descripción de ese rincón del sureste
Tan bonito resultó que muy poco costó y mucho gustó describirlo…