De nuevo unos cuantos amigos nos hemos reunido para disfrutar de una agradable jornada “gastrocultural”. De la comida no hablaremos pues no corresponde, digamos que… hacía bueno.

Lo interesante vino más tarde desde el punto de vista cultural. En esta ocasión nos acercamos nada menos que a Simáncas, una población declarada Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural.

Su geografía probablemente ha determinado su destino. Su caserío se encuentra situado sobre un cerrillo a mitad de ladera del páramo de los Torozos que por aquí «caen» al Pisuerga. Un lugar donde éste discurre ancho y entre islas. ¡Qué mejor lugar para establecer un puente!. Goza también de una magnífica vega regada por Duero y Pisuerga, así como de páramos, pinares y algunas fuentes.

Una visita a la historia de Valladolid y de Castilla

Visitar Simáncas significa conocer mucho de la forma de vivir de nuestro antepasados prerromanos. Abundan restos arqueológicos de cualquier época, como los neolíticos de “Los Zumacales” un lugar, afortunadamente ahora, algo adecentado.

También de la época romana, con sus trazas del puente y empedradas calzadas. Y medieval, ya que fue una población hostigada con violencia por las correrías morunas así como emplazamiento de batallas decisivas.

Y en su castillo —cuando era aún fortaleza y prisión— se vivieron numerosos episodios de la historia de Castilla entre los que destacan algunos de la Guerra de las Comunidades como fue la ejecución del Obispo Acuña y de Pedro Maldonado.

Y por supuesto a la historia del mundo.

Su castillo transformado en Archivo, nada menos que con intervenciones de Juan de Herrera, es un punto de referencia a nivel mundial entre estudiosos e investigadores de la historia moderna occidental.

¿Alguien puede imaginarse la entrega de estos documentos del archivo a gentes que digan que son suyos porque hablan de ellos?. En fin, esto es lo que desgraciadamente sucedió no hace mucho con un archivo de Salamanca ordenado por un pusilánime presidente español.

De esas picias y otras muchas viene la que se avecina que no es otra que el intento de secesión de una parte de España (una parte que entre todos hemos hecho rica). Muchos argumentan que es ilegal, eso es muy cierto más no nos engañemos, muy pocas rayas fronterizas se han trazado tomando copas y, sí, por el contrario, la mayoría son consecuencia de la violencia e ilegalidad en cualquier grado.

De momento la estrategia de unos es “tirar para adelante”. Lo están haciendo bien de cara a sus propósitos, tienen tiempo y van creando sus estructuras y sus fanáticos, además tienen su doctrina y su fuerza armada. La de los otros es acomplejadamente defensiva; digamos que apartan con la mano lo que les parece una mosca cojonera. Entretanto olvidan la enfermedad del odio incurable que están transmitiendo. Algo que no tendrá fácil cura.

Pronto habrá muertos, el pueblo los pondrá… y… ¿Cómo terminará el asunto?¿Será como Cuba?¿Filipinas o Guam? Vendremos silbando… y después, al menos, nos quedará una deprimida pero creativa “Generación del …”. Habrá tiempo de ponerle nombre.

Con algo de zozobra paseamos por sus viejas y empinadas callejuelas, tomamos café y charlamos de realidades y leyendas. Pero sobre todo seguimos disfrutando de los paisajes de nuestro Duero otoñal. Es tiempo de vendimia. Los rojos y dorados en los majuelos nos estimulan para salir a la caza de alguna fotografía luminosa dentro de las fronteras de su cuenca, casi invariables y “casi” al margen de la política.

MEMORIA DEL MUNDO

En estos momentos (31/10/17) los fondos del archivo han sido declarados «MEMORIA DEL MUNDO» por la UNESCO. Esto es equivalente a Patrimonio de la Humanidad para monumentos o Reserva de la Biosfera para los entornos naturales. ¡Enhorabuena Simáncas!