Hay días en que las rutas no salen como las has previsto y toman vida propia; paseos de los que esperas poco resultan sorprendentemente deliciosos y otros que planeas con detalle toman un anárquico derrotero. Y ese ha sido el caso de hoy mismo. Después de organizar el tiempo y el espacio junto al río Pirón, aparecieron elementos traidores que se apropiaron del recorrido.

Árboles caídos por los temporales
Una jornada con dificultades

Partiendo de Samboal queríamos recorrer una parte del río Pirón, atravesarlo por uno de sus vados y regresar. Entre medias: paisajes, molinos, puentes, lagunas y algún pueblo. ¡En fin! las cosas que nos gustan y con las que disfrutamos.

El tiempo era correcto, —bueno— deberíamos decir. Los pinares paliaban el viento y el sol apareció más de lo previsto. Ni una gota de lluvia.

De Samboal a Peñacarrasquilla

Partimos junto a la impresionante iglesia de Carracielo del Pinar o de San Baudilio en Samboal con el sol iluminando el rojo pálido de sus ladrillos. Tomamos el camino hacia el río y ya entre los negrales comprobamos que las arenas estaban más sueltas de lo esperado. Enseguida cruzamos el puente desde el que apenas apreciamos el Pirón y tomamos el camino junto a la ribera izquierda hacia el sur.

Samboal, Segovia
Samboal

Sin barros pero con arena cruzamos el Pinar de la Garlitera con el río acercándose a veces para observar que, lógicamente, traía más agua de la habitual.

Junto a la mina de feldespato de Navas de Oro pudimos apreciar con detalle la inmensa masa arenosa que forman el suelo de los pinares y el proceso de su explotación y recuperación del suelo una vez finalizado el proceso.

Un suelo que cambió más adelante al acercarnos a la Peñacarrasquilla: los pinares dejaron paso a las encinas y las arenas abandonaban los caminos para dar paso a lapiaces de pizarra entre esponjosos barros que dejó el agua de la nieve filtrada. Los alrededores parecían praderas rebañadas por las ovejas que campaban a sus anchas.

Carbonero el Mayor, Peñacarrasquilla
Peñacarrasquilla

Finalmente llegamos a la Peñacarrasquilla, un prominente y esbelto mogote rocoso que domina el valle del Pirón en medio de un prado de césped salpicado de carrascas. Un delicioso paraje en el que ya se fijó el ser humano del paleolítico dejándonos algunos petroglifos y que ahora desmerecen los restos de una tenada mal cubierta de uralita y llena de basura.

El Pirón se pone en su sitio

El río Pirón nace en la cercana Sierra de Guadarrama y se une al Cega, en Íscar, después de recorrer 100 km. Suele ser un río apacible para cruzarlo pero hoy sus condiciones han cambiado.

Tras la visita a Peñacarrasquilla bajamos por sinuosas sendas embarradas hacia el molino del Carrascal y desde allí buscamos paso por el vado de Santa Cecilia pero, sin mojarnos, lo encontramos imposible. Seguimos con dificultad por la ribera hasta encontrar de nuevo un camino que nos llevó hasta el siguiente vado. Este estaba mejor dispuesto y hasta parecía tener un firme de hormigón pero tras comprobar la profundidad, la temperatura de las aguas y sobre todo la corriente prudentemente desistimos de cruzarlo. Más adelante se encontraba el incierto paso de la autovía pero dada la hora ni nos acercamos.

Río Pirón, Segovia
¡No hubo manera!

Y ya no hubo «tío, páseme usté el río». Le reconocimos deportivamente su mérito con humildad y reculamos por donde habíamos llegado, —algo que nos gusta poco—, hasta el Puente del Roble donde retomamos la ruta por la otra orilla. El Pirón se había puesto en su sitio y a nosotros nos puso en el nuestro.

Y regreso a Samboal.

Ya muy tarde y con la noche amenazando decidimos rodar por caminos directos hacia nuestro punto de inicio. Tomamos primero la pista asfaltada que lleva a las industrias ubicadas junto al río y cuando ésta terminó seguimos por el camino. Desgraciadamente el vallado de una finca, que inexplicablemente cerraba incluso el mismo Pirón, nos impidió el paso debiendo de regresar algunos kilómetros hasta casi llegar a la localidad de Mudrián que inicialmente teníamos previsto visitar.

Riberas del Pirón
Encerrados en la ribera

Con paciencia y poca luz atravesamos el Monte del Duque y las labranzas de la Laguna de la Magdalena que lucía algunas y buenas charcas. Seguimos entre arenas muy sueltas debido a que la humedad de la nieve se la había llevado el fuerte viento y con las fuerzas tan agotadas que resultaba dificultoso hasta sobrepasar los árboles caídos en el medio de la trocha.

Junto a la Laguna de la Magdalena, San Martín y Mudrián
San Martín y Mudrián: las lagunillas de los pinares se van cargando

Llegamos por fin a Samboal con su monumental iglesia ya apagada y sin que viéramos un alma. Recogimos las bicicletas en silencio, algo machacados por la falta de forma y con la sensación de la derrota infligida de forma combinada por nuestros enemigos: barro, arena, viento y, moralmente, el paso del Pirón. Tampoco hubo ocasión de tomar una cerveza. Más seamos positivos: a cambio nos llevamos una pesada rodada en las piernas para ir cogiendo de nuevo el tono que falta va haciendo.

Y AQUÍ, el track

 

 

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3 thoughts on “Río Pirón: de Samboal a Peñacarrasquilla

  1. Sensacional, me ha encantado cómo has escrito la ruta, y en general todo, no es larga, fotos para concretar todo lo que te imaginas…, Pocos blogueros, (y globeros jejeje), le dan tan buen sentido a las palabras, tienes en mi un nuevo fan, espero poder recorrer una de tus rutas, un saludo desde toledo

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