Hoy tratamos de escapar de la temprana ola de calor que padecemos. Buscamos el pie de la Sierra de Guadarrama recorriendo la Cañada Real Soriana, con la esperanza de que, por aquí, el termómetro se mantenga más sensato.
Desde Torrecaballeros comenzamos a rodar hacia Cabanillas del Monte con unas impresionantes vistas de los cordales de Guadarrama, algo difusos por la calima.
Entre prados y tras cruzar el arroyo Ciguiñuela por un robusto puente de losa de granito, llegamos a Cabanillas para desde allí buscar la Cañada de la Vera de la Sierra*. Ranchos y esquileos se sucedían trasportándonos al antiguo mundo de la trashumancia. Tiempos aquellos de cuando Castilla, Según Machado, era menos miserable y más dominadora.
Seguimos por prados y pedregales de la cañada hacia el Este. El camino es llano y el vientecillo nos ayuda. Nos salpicamos agradablemente al cruzar arroyos y caceras. Cruzamos entre algunas manadas de vacas y caballos que pastan en libertad en campos muy abiertos, cubiertos de flores y escaramujos que andan vestidos de comunión.
Y nos acercamos hasta los restos del rancho Alfaro.
Dice alguna leyenda que por aquí te recibe una fantasma misteriosa y así debe de ser. Un cartel en la puerta nos avisa: ¡ojo reses bravas! Mientras nosotros, seguramente encantados por la fantasma, observamos tras la verja tres borricos curiosos que solamente nos requieren algunas caricias.
Tras cruzar el rio Pirón dejamos la cañada y nos acercamos hasta Sotosalbos y entre las callejas del pueblo encontramos la preciosa iglesia románica de San Miguel. No podemos por menos que entretenernos un rato disfrutando de su galería y de su escultura lamentablemente tan desgastada por la blandura de la piedra.
Seguimos camino. Hasta Collado Hermoso y de allí, en vano, nos acercamos hasta el monasterio de la Virgen de la Sierra que encontramos cerrado. Y así dejamos la zona de la Cañada para entrar por los prados que nos llevarían hasta Pelayos del Arroyo.
Cruzamos el arroyo de Pelayos, Río Viejo se llama y es afluente del Pirón, y por unos bonitos caminos animados de rebollos y fresnos que antaño fueron mochos, nos acercamos hasta Santo Domingo de Pirón. Nada más entrar una mujer que regaba su rosaleda se ofreció a refrescarnos con la manguera aunque nos conformamos con que nos llenara el bidón de agua fresca. Por el pequeño pueblo discurre el Pirón y también el arroyo Sotosalbos.
Los pueblos que vamos encontrando están remozados agradablemente, llenos de construcciones nuevas de estilo… podríamos llamarlo neocastellano. Sus calles adoquinadas y un cierto cuidado de la estética que imaginamos busca el público de Madrid para sus segundas viviendas. Un desarrollo que contrasta con la mayor parte de las poblaciones de la región que languidecen y acaban desapareciendo entre las ruinas de sus caseríos a medida que su población desaparece.
Abriendo y cerrando portillos o atravesando pasos canadienses seguimos avanzando en nuestra acalorada ruta. Visitamos también Basardilla y de allí hasta el Guijo y la ermita de Nª Sra. del Pedernal. Allí paramos unos minutos a contemplar la Sierra y reponer, otra vez, agua fresca.
Las últimas praderas nos llevaron de regreso. Primero a la Aldehuela donde pudimos ver las Charcas de Lino, y después a Torrecaballeros donde finalizamos; algo cansados por el calor y muy satisfechos del recorrido.
* La Cañada Real Soriana Occidental también denominada, especialmente en Segovia, Cañada de la Vera de la Sierra es una cañada real que recorre 700 km en diagonal por el centro de la península Ibérica. Arranca en los agostaderos sorianos y discurre por las provincias de Segovia, Ávila, Salamanca y Cáceres, llegando hasta Valverde de Leganés en Badajoz.
Y AQUÍ, la ruta que seguimos en wikiloc