Una costa tan irregular, escarpada y complicada para la navegación como es la escocesa hace comprensible las ilustradas iniciativas, en cuanto a construcción de canales, que se llevaron a cabo por estas verdes y nubladas tierras entre mediados del XVIII y XIX.
Al igual que en muchos otros lugares de Europa, incluyendo —por supuesto— nuestro querido Canal de Castilla, el ferrocarril y los grandes barcos de vapor acabaron con su uso principal como medio de transporte. Esto llevó a estas espectaculares y complejas infraestructuras a un estado de abandono próximo a la desaparición.
Sobre estos canales y su historia podéis consultar esta página (en inglés) y otras. Si los traigo a este cuaderno, de forma genérica, es como muestra del ejemplo de recuperación ambiental y turismo sostenible que observamos durante un interesante viaje circundando Escocia.
En pleno uso
Tuvimos ocasión de visitar algunas zonas del Canal de Caledonia, cada esclusa era un hervidero de actividad, tanto acuática como terrestre; el mismo lago Ness forma parte de este sistema por lo que quizás sus leyendas ayuden en la ambientación. También el Forth and Clyde, testigo de la británica revolución industrial, especialmente en Glasgow y finalmente el Union Canal, desde Edimburgo, con su icónica rueda de Falkirk de la que comentaremos algo más.
Después de un breve calvario de abandono; con rellenado de esclusas, saqueo de piedra y empuje de las carreteras, alguien con responsabilidad y poder se debió de dar cuenta de su potencial y fue capaz de ponerlo en valor de cara a una reconstrucción responsable de su patrimonio y al ocio.
Así lo que vemos y disfrutamos ahora son actividades como: vela, piragüismo, pesca.. ciclismo, alojamientos y viajes, historia…, en fin, un turismo sostenible en un entorno limpio, cuidado y relajante. Algunos hasta moran en sus barcos como vivienda habitual al estilo holandés.
La icónica rueda de Falkirk
Hubo dos canales, el Union y el Forth and Clyde. Para unirlos en Falkirk fue necesaria una escalera de agua de nada menos que 11 esclusas que se perdieron en la época de abandono ya mencionada. Los escoceses del siglo XXI no se conformaron con esta perdida sino que en un golpe de ingenio y desarrollo construyeron una novedosa instalación que por si sola es capaz de atraer visitantes solo para verla funcionar. Básicamente se trata de una noria con dos enormes cangilones separados 180º, cuando uno sube, el otro baja y así, en apenas dos minutos hemos subido un barco y bajado otro, una diferencia de nivel de 24 m (unos 8 pisos). Podéis verlo aquí.
¿Y por aquí?¿qué tenemos?
La verdad, no somos de los que piensan que por ahí atan los perros con longaniza. Es más, a veces con cierto optimismo, creo que valoramos poco nuestro patrimonio, pero en este caso se nos abren las carnes.
En Escocia, gracias a recursos europeos, beneficios de la lotería y otras aportaciones se ha puesto en marcha una rentable recuperación patrimonial.
¿Nos podríamos imaginar el Canal de Castilla, orgullo patrimonial de castellanos, cuidado y aseado…? ¿limpio de carrizos, aunque solo sea?.
Ni lo soñéis. Aquí eso no sucederá. Cierto es que existen algunas iniciativas que, aunque son de agradecer, son aisladas y poco ambiciosas. Aquí tendremos problemas con las competencias entre administraciones.También con políticos sumisos que lo hacen tan mal que generan otros peores y… bueno .. viceversa. ¿Alguien no lo sabe aún? León, Valladolid y Soria NO están conectadas entre ellas por autovía.
Afortunadamente podemos imaginar… soñar. Es magnífico y económico, casi hasta puede ser real: ¿os podéis imaginar el dinero tirado (he leído que 15 M€ aunque seguro que es más) en la ilegal iniciativa del “Meseta ski” invertido en el mantenimiento y desarrollo del Canal de Castilla.
Alguien puede pensar que exageramos. No hace mucho comentamos el lamentable estado del singular acueducto del Berrocal. Aquí os muestro otros dramáticos ejemplos de abandono, desidia y dejadez, que decía mi abuela:
Algún día espero ver el Canal de Castilla como se merece y como todos nos merecemos. Enhorabuena por el reportaje. Un saludo