El «río» Zapardiel es un pequeño afluente del Duero por la izquierda. Nace en la Laguna de San Martín en el municipio abulense de Grandes y San Martín sobre la cota 1100 msnm. Recorre —sólo a veces— 108 km hasta llegar lánguido al Duero en término de Tordesillas.

Aquí tenéis la ruta de unos 70 km, y el track en WIKILOC
Aquí tenéis la ruta de unos 70 km, y el track en WIKILOC

Se trata de un río débil, de escaso e irregular caudal, muy castigado por la actividad agraria y ganadera y agredido por las localidades que atraviesa. Se encuentra sin corriente muchos meses al año o con aguas estancadas en charcas cenagosas. Este año que parece que todo surge de nuevo me acerco a verlo renacer y acompañarlo en bicicleta en sus primeros kilómetros.

Me pregunto si veré correr el agua.

De la Moraña a la Sierra

Para ello comienzo a rodar en Fontiveros. Desde allí, recorriendo una Moraña primaveral me voy acercando a la Sierra de Ávila en una época en que sus lavajos se encuentran plenos y sus campos verdes y frescos.

 

Durius Aquae: Collado de Contreras
La ermita de Cuatro Caminos juega al escondite con los negrillos – Collado de Contreras

Ruedo por caminos firmes, suavemente ondulados y sin apenas viento; atravieso Collado de Contreras, Chaherrero, Castilblanco, Brabos y Horcajuelo donde el río Arevalillo recoge al Arroyo del Valle para dirigirse al Adaja en Arévalo. Subiendo despacio he llegado hasta la Sierra de Ávila, querría llegar hasta Chamartín pero nadie a quién pregunto me lo aconseja en bicicleta por las cañadas serranas.

 

Durius Aquae: Brabos
Brabos. Acaba la Moraña y comienza la Sierra de Ávila

Así las cosas, y tras intentar el juego de abrir y cerrar portillos para pasar entre el ganado, tomo la carreterilla hasta Grandes sin encontrar un solo coche y disfrutando del valle del Arroyo de las Cañadas de Montejo (arroyo del Valle mencionado anteriormente) que se encuentra apoteósico. Desde allí, ya de nuevo por caminos y rodeado de enormes encinas, me dirijo a San Martín de las Cabezas, lugar donde nace nuestro Zapardiel.

Y me encuentro con el Zapardiel

En una localidad que no contará más de una docena de personas una señora me cuenta lo feliz que se encuentra viviendo allí; lo cerca que tiene la capital y lo dura que ha sido la nieve este invierno. Sus hijos, ahora en el campo, trocean las ramas de encina chascadas no hace mucho por las nevadas; si esperan, la madera se convertirá en piedra y las motosierras no podrán cortarla.

 

Durius Aquae: encina
Vieja encina tronchada por las nieves

Le pregunto por el río; por el Zapardiel.

      — “Si hijo.. allá atrás nace… en la laguna”. “Este año ha bajado como nunca, ¡hasta por las cunetas!”.

Recorro la tranquila localidad y me dirijo a la llamada Laguna de San Martín, que encuentro de espaldas al pueblo. El paraje es idílico, una suave cuna verde y poco profunda acoge una lagunilla, algo modificada para abrevadero. Docenas de ranas saltan a su interior a medida que me acerco y las encinas se reflejan en sus aguas serenas que apenas rebosan.

Durius Aquae: San Martín de Cabezas. Laguna donde nace el Zapardiel
San Martín de las Cabezas. Laguna donde nace el Zapardiel

A partir de aquí trato de seguir el ya Zapardiel sin que realmente pueda apreciarlo. Algo más abajo algunos arroyuelos se reúnen en su lecho pero tampoco consiguen iniciar una corriente. Puedo observar su cauce pero no veo agua. Una explotación de ganado ocupa su seco lecho, lo pisan, lo mean… el río ya nace desgraciado aunque no es nada comparado con lo que le espera.

Desde el Otero al Parral

Desolado por el bonito paisaje de formidables encinas sin agua, tomo una trocha cuesta arriba con la intención de visitar la ermita de San Miguel del Otero. Subo pedaleando hasta donde puedo y cerca del collado me apeo, aprovecho que ya voy sin resuello para disfrutar de los pequeños crocus y campanillas que asoman entre el pedregal tapizándolo de blanco y malva.

 

Durius Aquae: chopos
Los chopos van verdeando

Desde la ermita (1194) la vista es imponente. Veo todo el recorrido que hasta ahora he realizado y observo la nítida raya entre la Sierra de Ávila y la infinita Moraña.

Bajo del tirón hasta El Parral. Aquí me reúno de nuevo con el río y sí ¡aquí ya lleva un hilillo de agua! Una hermosa y abundante fuente al pie de la ermita lo consolida y, aun con dificultad, se convierte en río.

Lo sigo por la derecha, suavemente encajonado entre cárcavas; van apareciendo antiguos vados y molinos. ¡Sí, molinos!

Y cuando nace comienza a decaer.

En Vita lo cruzo y tomo el camino de Fontiveros por la margen izquierda, varios arroyos se le acercan pero nada lo ayudan. Más adelante visito Crespos, allí me encuentro un apeadero de ferrocarril, ¡sorprendente, trenes entre Ávila, Salamanca y sus pueblos!

 

Durius Aquae: Zapardiel; muy joven pierde su valle y su ribera
Zapardiel; demasiado joven pierde su valle y su ribera

Sigo y me acerco de nuevo al río en Rivilla de Barajas. Por aquí ya baja plano; casi sin valle y sin ribera me despido de él por el momento. Lo dejo con agua. Agua escasa que se abre paso entre arenas y espadañas secas que forman su lecho. Unas aguas que en breve serán devoradas con la ayuda inestimable de los pozos que a sus costados perforan la tierra y que regarán los patatales que ahora se siembran.

¡Ay Zapardiel! acabas de nacer y ya te estás muriendo; pronto acompañarás a tu primo el Trabancos en desgracia. Tu cauce se convertirá en arenal seco permanentemente y no podremos contar ya a nadie que fuiste famoso por la pesca y que tus molinos —de agua— molieron durante siglos el grano de tus cosechas.

 

Durius Aquae: Fontiveros, antiguos lavaderos
Fontiveros: Antiguos lavaderos y pozo

 

Regreso a Fontiveros, la villa de San Juan de la Cruz. Su iglesia difícil de encuadrar en una sola fotografía y unos bonitos lavaderos en una de sus plazas reflejan viviendas humildes en un precioso atardecer.

¡Zapardiel! te he visto débil y exiguo pero llevabas agua corriente.

 

Durius Aquae: San Cipriano, Fontiveros (ha habido que doblarla un poco)
San Cipriano, Fontiveros
(Visited 2.763 times, 1 visits today)

5 thoughts on “Sierra de Ávila y Moraña, renacido Zapardiel

  1. A mi me recuerda los años que invariablemente acudíamos a la fuente del Parral los domingos por la mañana para cargar agua para la semana, nos hicimos amigos de Isidro, q.e.d. de su hermano Frutos… nos colmaban de tomates, nueces, lechuguinos, alguna cebolla de aquella huerta tan hermosa, que gente mas buena.
    Me gustaba siempre rezarle a la Virgen una Salve, también la hice una fotografía que gurdo en un marco y tengo a la vista siempre en mi habitación. Que recuerdos mas buenos, inolvidables, que paisajes mas serenos, que paz.

  2. Me ha gustado mucho, lo he vivido como si fuera yo en la bicicleta.
    Conozco varios de los lugares que mencionas y me he emocionado con la descripción que haces ta vívida.
    Mis raices maternas están en Bernuy de Zapardiel y aunque el río no pasa cerca del pueblo, imprime caracter.
    Gracias.
    Elisa

    1. Muchas gracias elisa por tu amable comentario. La Moraña es preciosa y enorme, la próxima vez que me acerque al Zapardiel pasaré por tu pueblo.

      1. Hola.
        Hace 3 años nosotros hicimos el tramo andando desde Parral hasta Mamblas.. andando por el cauce del río.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies