El río Támega
es el último afluente importante del Douro por su derecha. Desde su nacimiento en las cercanías de A Alberguería, en tierras orensanas, hasta el Duero (Entre os Ríos) recorre unos 150 km. La tercera parte por Galicia con un corto tramo fronterizo. La transparencia de sus aguas nos muestra el fondo rocoso de tonos rojizos con escasos sedimentos y en sus riberas, muy frescas, abundan los fresnos, salgueros y alisos salteados con algunos álamos; también arbustos, hiedras, helechos y carrizos. Además, como buen río del Duero, produce vinos elegantes por lo que en su valle se alternan prados y viñas bien labradas.
Junto al río Támega y equidistantes de la frontera Hispano-Portuguesa se encuentran las ciudades de Verín en España y Chaves en Portugal. Verín con unos 15000 h es la cabecera de la comarca de Monterrey y Chaves, con 20.000 h, está enclavada en la provincia portuguesa de Tras os Montes. Ambas rurales y alejadas de núcleos importantes de población.
El valle del río Támega en su curso alto las une con lazos reales y cotidianos a veces por encima de sus administraciones y es por ello que de voluntad propia y con el fin de encontrar lazos favorables se han acogido a la idea de crear una eurociudad (eurocidade) de forma que puedan aprovechar sinergias positivas de cara a su desarrollo. A pesar de la enorme frontera entre España y Portugal a lo largo de la cuenca del Duero son las únicas que han seguido adelante con esta idea constituyéndose como una “eurociudad”
Verín
En Verín estacionamos y paseamos río arriba por su ribera adaptada para el ocio. Apenas encontramos azudes y el río baja dando brincos aunque estamos en agosto cuando se supone en su caudal más bajo.
Cruzamos el río en A Pousa y comenzamos a trepar hacia el Castillo de Monterrei. Son ahora castaños y carballos los que nos dan algo de sombra y tras un agradable paseo llegamos hasta el altozano del imponente castillo que es también parador. Desde la remozada torre disfrutamos de amplias vistas del valle.
Entre viejas calzadas empedradas llegamos de nuevo a Verín, cruzamos el río que aquí se encuentra artificialmente encauzado. La ciudad está bulliciosa a la hora del aperitivo; terrazas repletas y las pulperías callejeras con numerosas personas haciendo cola.
Tras el paseo vino el almuerzo y después al coche de nuevo.
Hacia Chaves
Tomamos algunas carreteras secundarias regateando el río por los puentes de Oimbra, Barca y Tamaguelos. Pasando por Rabal y Mandín donde encontramos un pintoresco paisaje de decorados clubes de alterne en la carretera N-532 ¿aportación española al proyecto?
El río sirve de raia en este pequeño tramo hasta que encontramos la frontera en Feces d’Abaixo. Aquí los viejos edificios de aquellas severas aduanas de antaño se han convertido en la sede de la Eurocidade.
También se conservan los edificios de la alfândega de Vila Verde de Raia, del lado portugués, gracias a que se han reutilizado también para otros usos. Sin la presencia de estos edificios ya no sería fácil distinguir aquellos bulliciosos lugares llenos de guardias y funcionarios a la caza del contrabando de toallas y café. ¡Cómo han cambiado las cosas!
Al entrar en Portugal ya no encontramos clubs eróticos. Las aportaciones de nuestros vecinos son menos lúdicas y más pragmáticas; se manifiestan en materia de mobiliario de calidad y antigüedades a lo largo de la carretera. Como nosotros, el río entra pausado en otro país sin apenas darse cuenta; el mismo valle, la falla común, idénticos cultivos y en su cauce las mismas arrabazas acogen a garzas que son de la misma familia.
