Seguimos confinados… secuestrados mas bien. Los días se hacen duros, monótonos e inciertos pero hay que seguir peleando. Bueno, … y también distrayéndose en lo que cabe

Hace algunos días publicamos una entrada relativa al lago de Truchillas en la Cabrera Alta. Tan cercanos y parecidos no podíamos dejar de incluir esta visita, realizada hace ya unos meses, al Lago de la Baña. Aunque fuera ya de nuestra cuenca del Duero bien merece la pena conocerlo.

Para acceder a este Monumento Natural la ruta más frecuentada es muy conocida y no tiene pérdida. Está bien marcada y explicada; además es bastante más asequible en cuanto a desnivel que la del Lago de Truchillas. (Aquí un ejemplo de wikiloc ya que nosotros no pudimos grabarla)

Durius Aquae: Sierra Negra
Sierra de la Cabrera o …. Sierra Negra

En Truchillas encontramos una localidad diminuta y casi vacía. En La Baña, sin embargo, el pueblo es más grande, mucho más poblado y con cierta animación en sus calles. Eso sí: ambos mantienen su marcado carácter cabreirés.

Una vez pasada la localidad de La Baña, entre los km 57 y 58 de la LE-126, tomamos una pista muy ancha que sale a la izquierda y que enseguida nos muestra la causa del desarrollo de esta zona que no es otra que las canteras de pizarra. En uno de sus anchos recovecos aparcamos nuestro vehículo. Siendo festivo disfrutamos de un agradable y silencioso paseo; no tuvimos problemas ni de esquivar vehículos pesados, ni de ruidos ni polvaredas.

Acebo
Acebo en La Baña
Las Canteras

La primera parte de la ruta resulta algo estremecedora si no estás acostumbrado a la imagen de estas explotaciones. Van apareciendo oquedades vacías donde antes hubo una montaña y las laderas del valle muestran otras montoneras: las de los escombros sobrantes de esta actividad. La vegetación ha desaparecido y el río va trabado entre cascotes y pozos.

Todo es gris, del gris oscuro de la pizarra. Y todo es abstracto; formas cubistas que muestran el volumen indefinido de la pared de la montaña. Entre el gris y la abstracción solamente los brillos de los manantiales contrastan junto al amarillo industrial de la maquinaria pesada estacionada por la instalación.

Canteras en La Baña
Canteras de pizarra

Se venden las montañas y ya no habrá forma de reponerlas. Quizás algún día lejano llamen la atención a otra civilización y lo declaren un lugar de gran interés, algo así como lo ocurrido con el paraje de Las Médulas. Mientras tanto se destroza el paisaje y quedan los escombros. Parece un alto precio para el desarrollo que aporta.

¡Las Médulas! Por cierto, bueno es recordar que precisamente aquí, alrededor de estas canteras  y de este arroyo vinieron los romanos a captar agua para su mina de oro. Aquí comenzaba el más largo de los canales que aportaba agua hasta aquella explotación mítica.

Y el lago acosado

A medio camino aparece una pequeña meseta hasta donde algunos llegan con su coche. A partir de aquí todo cambia. El gris desaparece y ahora el valle nos muestra su joven arroyo y su vegetación natural. Por el camino rezuman los manantiales y como la visita es invernal los acebos que saltean la ruta nos ofrecen un verdor brillante que contrasta con sus frutos maduros. La rocas ahora si que nos muestran el color de los musgos y líquenes que las colonizan mientras que un manto de brezo y escobas tapiza el ascendente acceso.

Laguna de La Baña
La Laguna de La Baña, previa al lago

Primero aparece una laguna y unos metros mas arriba el Lago de la Baña. Su circo nos da la impresión de ser más grande que el de Truchillas y el arroyo que lo llena lo hace por el fondo del lago entre un sin fin de caudalosos ramalillos que atraviesan un pedregal.

Aquí las paredes son altas y con el sol recostado al sur se nos muestran muy oscuras. La Sierra Negra también la llaman y ciertamente lo es. El lago permanece sereno, misterioso y en silencio, como si quisiera esconder a nuestra curiosidad alguna secreta leyenda que, en forma de romance, conserva entre sus aguas.

Lago de la Baña, León
Robles desnudos en el borde del lago
Una excursión de fuertes contrastes

Abajo en la localidad de La Baña seguimos el paseo y siguieron los contrastes. El agradable lugar serrano de pizarra y musgo nos mostró sus caños, sus casas con corredor y su hermoso río Cabrera que fue reclutado por el Sil… y un sinfín de flores de plástico adornando antiguas sepulturas junto a la iglesia que ponían una original nota de color.

Seguimos en casa recogidos.

Admiramos a los que trabajan en estas circunstancias y sufrimos por los que mueren que es también por nosotros mismos..

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