El río Cea es prácticamente el único curso de agua “corriente” entre el Pisuerga y el Esla cuando te mueves entre León y Valladolid. Sus riberas son hermosas, en su cauce hay peces y aún es posible disfrutar de un baño en tiempos de calor. Hoy lo recorremos por Tierra de Campos, desde Castrobol hasta Valderas

Durius Aquae: La izquierda del Cea en Castrobol
Escarpes en la ribera izquierda del Cea en Castrobol

Si las comarcas tuvieran fronteras este río marcaría el paso de Tierra de Campos al Páramo Leonés. Sus dos riberas son bien diferentes. La izquierda estrecha y empinada, la derecha formando una amplia vega.

El río siempre lo he visto con agua, en invierno y verano. Ahora bien, esa corriente está programada en gran parte por los gestores de la CHD que desde el embalse de Riaño cargan al Cea para que lleve agua hacia el Canal de Castilla y se quede con otra tanta para regar sus vegas.

El día no era malo para coger la bicicleta si bien bastante tristón. La constante amenaza de lluvia, que finalmente se consumó, nos hizo ser prudentes y acortar trayecto.

Atisbando desde el «Urones» y Castrobol

Comenzamos a rodar en la Unión de Campos en dirección norte, hacia Castrobol. El viento ligeramente en contra y la temperatura fría. Tampoco era muy mala noticia si pensamos que a la vuelta el viento sería de popa.

Durius Aquae: Mirador en Castrobol
Mirador en Castrobol

Nuestro primer objetivo fue el vértice Urones (801). Una gigantesca duna de barro desde la que se identificaban, no solamente una decena de pueblos, sino otras elevaciones significativas como el Teso del Rey (811), que luce su perfil muchos kilómetros más al sur. Hacia el norte los cerros de Castrobol daban paso al hermoso valle del Cea.

Llegados a Castrobol, un lugar habitado desde que conocemos la historia y que ojalá tarde en desaparecer. Nos acercamos a uno de sus miradores, el del depósito de agua, la vega es hermosa pero al mirar abajo la visión es desoladora. Un auténtico vertedero se nos presenta en lo que debería de ser una ladera repleta de almendros. La vida por aquí es dura. Mucho trabajo y poco tiempo para estética…

La ribera del Cea

Queremos seguir la ribera izquierda y nos encaminamos hacia el suroeste siguiendo el río. Desde el cerral de la Granjilla podemos observar las modificaciones y encauces que ha sufrido el río. Alguno de sus meandros naturales se han atajado para convertirlos en choperas.

Durius Aquae: Azud del molino
Azud del molino

Aún así el paseo es entretenido, hay senda junto al río, algo penosa pero transitable. Paramos en el azud que desvía agua a la Granja del Molino. El aspecto produce algo de desasosiego; da la impresión de que se lleva más agua la granja que el propio río.

Junto a la cañada Zamorana se encuentra este gran molino. Casi todo el de ladrillo, no se encuentra en muy mal estado. Se soporta al borde de la balsa sobre una elegante arcada con bases de sillería. Tuvo que ser un espectáculo verlo funcionar en tiempos, cuando llegó a mover varios grupos de piedras.

Volvemos a la margen izquierda y continuamos. Nos sorprende ver una balsa de chapa flotando «a la deriva» y atascada entre troncos en medio del cauce, ¿qué historia habrá tenido esta balsa? ¿Es este su lugar o la ha traído la corriente? Un recuerdo de antiguos barqueros tan frecuentes y necesarios en nuestros ríos cuando no había tantos puentes.

Durius Aquae: Hacia el molino
Hacia el molino

La borrasca se vislumbra al oeste, aunque el viento es suave se nos acerca oscura. Así las cosas nos saltamos el hermoso puente de Albarite que conduce hasta Gordoncillo y que ya conocemos. Seguimos por la ribera, encontramos tres fuentes que nos elevan algo el ánimo. ¡las tres cuidadas y… con agua!: La de la Mora (enésima fuente con este nombre en la cuenca del Duero), la del Tio Barrenones y la de Segis Riol. ¡Enhorabuena Gordoncillo!

Seguimos el Cea por senderos grises de hojarasca. El río desnudo nos va mostrando sus cauces paralelos de ramas chascadas entre fresnos, chopos y alisos que nadie quiere y nadie recoge. También nos muestra lo que vemos con tanta frecuencia: concesiones de agua que descaradamente toman el agua del centro del río. Hay barra libre para el agua.

Valdefuentes

A la vista de Valderas la nubes son ya continuas y algunas gotas, aunque agradables, nos recuerdan que es mejor pensar en el regreso.

 

Valdefuentes de Valderas
Valdefuentes

El perfil de una torre al sur nos induce a visitarla, se trata de Valdefuentes, en google maps aparece como “urbanización” (!). Aunque estamos ya acostumbrados a nuestra Tierra de Campos, desolada, este lugar realmente deprime. Algunas personas lo habitan, también hay alguna explotación ganadera y ecuestre pero… Su Iglesia ya no es iglesia. Afortunadamente su robusta torre resiste. No hay una sola calle asfaltada. El caño es un basurero… Solamente su cementerio conserva cierta dignidad. Una tapia nos acoge mientras almorzamos observando adobes que se desmoronan entre tenadas modernas de chapa. Desde antiguo ha debido de pertenecer a Valderas y como en otros despoblados aún es visitado periódicamente por sus deudos por San Isidoro que fue su patrón cuando en el lugar aún había niños y escuela.

Camino a La Unión
Camino a La Unión

Al abandonar el lugar, rumbo a La Unión, alguien se pregunta en voz alta:

— ¿Cómo es posible que no se venda esta torre a algún país extranjero?¿incluso que se regale?

— Vamos…, responde otro más sensato.

— Si se vendiera o regalara a quien pudiera recuperarla… en algún lugar del mundo luciría orgullosa pavoneándose de su terracampino origen. Estaría hermosa y mantenida y los de Valdefuentes siempre la tendrían … Aquí mañana colapsará y sus piedras serán un montón. Ya lo conocemos…

— Hombre visto así …. sí sería mejor.

Durius Aquae: La fuente del Jano
La fuente del Jano

Mientras la torre va cayendo abandonamos el lugar. La lluvia nos va respetando y las nubes en el cielo dan algo de relieve al monótono paisaje. Al atravesar el arroyo del Jano, encontramos la fuente del mismo nombre dando vida a un pequeño oasis. Precioso lugar pero, ¡hay que volver! Ahora ya llueve.

Un agradable paseo invernal con sabor agridulce.

Aquí tenéis el track de wikiloc, un croquis con la ruta y algunas fotos que sobran…

 

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2 thoughts on “Parajes nublados a las orillas del Cea.

    1. Así es Antonio, no sólo cerca sino que hemos recorrido una parte de su enorme término. El molino de hecho está en Mayorga. Y el río… magnífico, de hecho el año pasado me di un baño bien refrescante en Monasterio.
      Un abrazo

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