La ciudad de Palencia se encuentra en un vértice de comarcas. Es terracampina si lo desea y también podría elegir formar parte del Cerrato a su Este, o bien de los Montes Torozos al Suroeste. Las tres comarcas “tocan” la ciudad y convergen en las riberas del Carrión, el río más palentino. Un río coqueto que, aún por la ciudad, puede presumir de conservar su carácter natural.

Puente en el trazado del Ferrocarril Económico de Palencia-Villalón
Un puente moderno se apoya sobre las viejas pilastras del ferrocarril

Hoy nos hemos acercado al Carrión de la capital desde la llanura, desde Tierra de Campos. Las pilastras que sujetaban el puente del ferrocarril de Villalón han sido aprovechadas para construir un nuevo acceso para la entrada de la ciudad. Bajo el mismo, el río discurre unido, sosegado y gris como corresponde a un mes de enero.

Dejamos a nuestro frente los cerros soleados del Otero y San Juanillo y seguimos por el sendero de la ribera  hasta que entramos en la ciudad acogedora. El río sigue ancho y unido. Sus álamos se visten tan solo con hiedras y se calzan con carrizos para marcar el cauce.

Río Carrión. Palencia
El río Carrión entra en Palencia

Entre instalaciones deportivas y modernos edificios llegamos hasta un estruendoso azud encajado entre una alameda. El río se divide ahora en dos y entre sus brazos queda el gran islote del Sotillo de los Canónigos. Allí donde antaño fueron huertas bien regadas por el brazo alto del Carrión, ahora bosquetes y jardines invitan a un paseo sobre hojarasca seca bajo el tenue sol de la tarde invernal.

Puentecillas, Palencia
El precioso arco central de Puentecillas

Enseguida llegamos a Puentecillas, seguramente el puente urbano antiguo  más bonito de España y que parece, mas bien, sacado de un cuento. Lo paseamos y disfrutamos y acabamos en las compuertas de las Once Paradas, la vieja fábrica de luz cuyo tendido eléctrico aún cruza el río hacia la ciudad.

Cruzamos hasta el barrio de Allende el Río. Al pasar a la otra ribera encontramos más aguas. Se trata de la dársena del Canal de Castilla; el gran puerto palentino donde se agrupaban las barcazas de carga y a donde llegaba el barquillo de pasajeros desde Valladolid. Ahora reposa como un espejo plateado esperando mejores momentos, como tantas cosas del Canal.

Azud en el Carrión
Azud en el Puente Mayor: de nuevo el río de divide

Vuelvo a acercarme al río; cruzo su ancho y firme Puente Mayor. Parece que, por un momento, el río se ha vuelto a unir aunque enseguida vuelve a partirse en dos.

A través de una moderna pasarela entramos en la enorme isla de Dos Aguas y nos acercamos hasta el mirador de la presa del Puente Mayor. Es una tarde agradable y la gente pasea, hay niños jugando y una pareja abrazada en un banco, sin hablarse, vive un momento de ensoñación aislados del mundo por el fragor de la cascada.

Nosotros seguimos hasta la siguiente pasarela. Desde ella podemos observar la almenada iglesia de San Miguel y nos entran tentaciones de visitarla, y después su Calle Mayor, y su catedral con su espléndido museo y… tantas cosas. Pero no. Hoy toca visitar al río y por el seguimos entre enormes parques e instalaciones deportivas.

Iglesia almenada de San Miguel desde el Carrión
Iglesia almenada de San Miguel

En una ciudad tan agradable como Palencia todo está cerca. Pronto llegamos a una salida que nos lleva hacia el puente de Hierro, ya centenario. Bajo su tablero podríamos decir que el río salía de Palencia, pero la ciudad ha crecido y sigue acompañado al río otro buen tramo. Nosotros lo hacemos también hasta el puente del Obispo (Nicolás Castellanos). A partir de este lugar el río deja sus cuérnagos, sus islas y pasarelas y vuelve a su cauce único. Los parques siguen rio abajo difuminándose en predios y huertas hacia el siguiente puente, ya en Villamuriel.

Puente sobre el Carrión en Palencia
Puente de Hierro (1911), Palencia

Nos acercamos hasta la gran escultura que encuentro en la plaza donde comienza el puente. Una mujer con una niña casi de la mano caminan desenvueltas, a cierta distancia, un hombre lo hace también en la misma dirección; parece que caminando más deprisa, dejándonos elegir a nosotros si son o no una familia. Parecen de hierro o bronce, desnudo el hombre, vestidas la mujer y la niña, enormes, modelados sin detalle pero transmitiendo movimiento, dinamismo y algo de ambigüedad.

Se titula: “El Paseo”  y nos gusta. Esta bien que esté ahí… Pues bien, nosotros aquí, nuestro paseo junto al Carrión, lo damos por terminado.

y os dejo este track orientativo (mejor pasearlo libremente y sin prisa)

Palencia: fuente junto a la dársena del canal
Una vieja fuentecilla junto a la dársena
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