El espectáculo del Duero es infinito. Cuando piensas que conoces algo de su paisaje te sorprende el clima, o el hombre o el vino o el arte o…

El retablo de la iglesia de San Pelayo de Olivares

Descendemos el Monte de los Altillos por la VP-3001 y nos aparece un valle del Duero amplio y espléndido en su otoño. En Olivares de Duero hemos quedado con Mari que nos mostrará la iglesia consagrada a San Pelayo.

Retablo de San Pelayo en Olivares de Duero
El retablo de Olivares bien adaptado a su ábside

Cuando entramos en el interior del monumental templo gótico vemos los preparativos para el montaje del Nacimiento pero cuando Mari lo ilumina, nuestra vista se dirige inmediatamente hacia el deslumbrante pan de oro de su retablo mayor. Desde el fondo de la nave podemos observar sus sublimes proporciones en toda su extensión armoniosamente integrado en su ábside.

Al acercarnos aparecen los colores vivos y finalmente las escenas de sus cincuenta pinturas y varias esculturas dispuestas entre sus cuerpos y calles; entre el banco y sus áticos coronados. Algunas de las pinturas fueron robadas y un hueco vacío nos recuerda que aún hay una sin aparecer.

 

Retablo de San Pelayo en Olivares de Duero
Detalle del Retablo con la escultura de San Pelayo

Mari, nos confiesa abiertamente que ella no es experta en arte y que va aprendiendo precisamente de las visitas. Aún así nos ilustra sobre muchas cosas del pueblo y de su iglesia mientras desmenuzamos los entresijos y avatares de la obra. En el centro una escultura de San Pelayo alza su espada sobre un infiel. Alguien pregunta si este Pelayo es el rey que inició La Reconquista pero no. Nos cuenta que se trataba de un adolescente que, cautivo en tiempos de Abderramán III, eligió el martirio a renegar de su fe. El martirio consistió en su descuartizamiento con tenazas y decapitación con la misma espada que porta su imagen. Por si alguien no puede imaginarlo el retablo lo escenifica todo, o si no, observad las imágenes a la derecha de la escultura del santo.

También nosotros, al igual que Mari,  debemos confesar con humildad lo ignorantes que somos sin que ello nos impida disfrutar de las cosas hermosas y del trabajo bien hecho

Viñas rojas en la Ribera del Duero
Otoño en las viñas de la Ribera del Duero
La batalla en Santa María de Valbuena

Salimos al exterior. Hay bruma y hace frio. Seguimos con nuestra excursión y nos acercamos hasta el Monasterio de Santa María de Valbuena, también junto al río.

El monasterio recuperado de la desamortización acoge ahora la sede permanente de la fundación «Las Edades del Hombre». Visitamos su claustro y dependencias afortunadamente restauradas. Recorremos la historia del arte desde la austeridad del Císter hasta los complejos escorzos del barroco y admiramos los restos de sus frescos que antaño recubrieron bóvedas y lunetos.

Pinturas en el claustro de Santa María de Valbuena
Faunos lascivos y burlones sobrevuelan las cabezas de los monjes…

Entre estos restos pictóricos, en una capilla; la de San Pedro o «El Tesoro«, aparece la escena de una batalla representada en uno de los arcosolios. Casi destrozada por obras posteriores encontramos lo que se pintó sobre mortero húmedo hace ocho siglos. Varias imágenes nos muestran el desarrollo de una batalla contra musulmanes.  Entre las escenas que parecen ordenadas como en un comic, me recreo en la que nos muestra un grupo de caballeros rítmicamente alineados avanzando hacia su enemigo. La imagen plana está llena de fuerza y ritmo. No hay sombras y las figuras, sobre fondo azul, se encuentran perfiladas como si fuera el boceto de una vidriera. Nos fijamos en sus rostros de curiosa ferocidad que contrasta con la inocente resignación que muestran sus cabalgaduras.  Y.. ¡vaya!  El caballero que comanda la partida lleva las armas parlantes castellanoleonesas en el casco, estandarte, escudo y ropones de su montura.

Representación de unos guerreros en el Monasterio de Santa María de Valbuena
Pinturas medievales, comics del S XIII

Que poco estamos acostumbrados a las pinturas medievales y que bellas son.

Volvemos sobre nuestros pasos entre viñedos rojos y pardos. Cruzamos el puente renacentista para acercarnos a Quintanilla y nos acercamos al río que inspira estas artes cuando tenuemente aparece el sol. Nos encontramos en el bucólico paraje de Fuente de la Aceña junto a un gran azud rodeados de historia más reciente. Aquí encontramos la vieja fábrica de harinas reconvertida en restaurante y hotel. También la toma de aguas del Canal del Duero que aquí inicia su viaje y, con el curioso nombre del enllenadero, se encuentra el lugar donde bajando unas escaleras de piedra hasta el agua del Duero, las gentes del pueblo llenaban sus cántaros con cierta comodidad de aguas algo más blandas que las de las fuentes.

Y todo esto en un pedacito de Duero.
Puente renacentista entre Olivares de Duero y Quintanilla de Onésimo, desde la Fuente de la Aceña
Puente renacentista entre Olivares de Duero y Quintanilla de Onésimo

Dejamos por el momento el arte y el paisaje. Es la hora de almorzar, de charlar, de compartir… y durante la agradable comida surge un debate. Alguien pregunta:

¿Cómo es que Castilla y León no son autonomías independientes?

 

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One thought on “El Duero inspirador, arte y paisaje

  1. Es posible mirar un retablo y escuchar los mensajes que transmiten. Uno y el más directo es el tipo de gente que poseía aquellos territorios, era gente pudiente que pujaba por tener un templo con el mayor esplendor, este es el caso de Olivares. Aparece una crucifixión, en el retablo, con la cruz en forma tau, durante la época de Francisco de Asís y a partir del IV Concilio de Letrán (1215), convocado por el Papa Inocencio III, la Tau era un símbolo muy utilizado por la Iglesia católica, en general, como signo de conversión y señal de la cruz.
    Y ¿Qué se puede decir de los colores que aparecen en el retablo?, en la biblia el rojo es el símbolo de la sangre de Cristo, se relaciona con el fuego y el sacrificio; el color verde, es el de la esperanza en la vida eterna; el color rosa representa el amor , la hermandad y la unión entre todos los cristianos. Los ropajes denotan la procedencia de los estilos pictóricos que habían utilizado los maestros.
    No es menos importante las mezclas de estilos, el barroco se mezcla con el renacimiento. La iglesia tiene un sagrario a la izquierda del altar mayor, muy amablemente Marí abrió su puerta para que pudiéramos contemplar la belleza escondida por el interior de la puerta, había una representación pictórica de un esplendor sensacional.
    Si hubiera que comentar algo de la iglesia de Olivares , se podría decir que tiene lo imprescindible para sorprender desde la lejanía sin necesidad de aproximarse, sobre todo por el interior.

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